Diseño narrativo de formato largo de la transmisión

Resumen

Este artículo nace de la propuesta de relacionar los estudios de guión con los estudios de los nuevos hábitos de consumo del espectador. En esencia, explicaremos el fenómeno de la maratón de series a partir del análisis del diseño narrativo de series complejas, identificando en la macroestructuración de este formato las cualidades específicas que promueven este fenómeno en el espectador. De manera más exhaustiva, haremos nuestro análisis comparando las estructuras narrativas de series y películas, señalando las diferencias entre los diseños narrativos de estos dos formatos, que hacen imposible que una serie sea comparada con una película extendida. Básicamente, intentamos desmentir la idea de que “a medida que evolucionen los hábitos relacionados con la forma de ver las series de televisión, tenderán a ser cada vez más concebidos y escritos como un largometraje” (KALLAS, 2016, p. 16). De esta afirmación de Kallas, entrelazando conceptos de hábitos de consumo con los de guion, surgen algunas preguntas: si una serie es como un largometraje, ¿por qué nos quejamos de la duración de los largometrajes, como El irlandés de Martin Scorsese, con sus aburridas 3.5 horas de duración, mientras podemos ver maratones de series completas que contienen al menos el doble de horas? Si una serie es como una película larga, ¿por qué está dividida en episodios incluso cuando estos se pueden ver en secuencia (maratones)? Si una serie es como un largometraje, ¿por qué necesita la elaboración colaborativa de una sala de escritores en lugar de ser concebida por un solo autor? Por no decir que esta comparación estructural entre películas y series sea imposible, mostraremos cómo es problemática o, al menos, perjudicial para el análisis de las series complejas como formato autónomo, con sus propias nociones de elaboración y estructuración. En este sentido, a diferencia de las películas, las series se construyen a partir de una estructura de repetición de actos dentro de la misma, episodios que generalmente tienen de 3 a 5 actos cada uno. Esto da como resultado una mayor densidad narrativa de la serie, ya que los actos comprimidos en el tiempo conducen a un ritmo de narración más rápido, con puntos argumentales más recurrentes en la historia, capaces de intensificar el engagement y aumentar la capacidad de atención del espectador que realiza la maratón. Tal cantidad de actos, arcos narrativos y personajes van más allá de la capacidad creativa de un solo autor, requiriendo una elaboración colaborativa de una sala de guionistas, con varias cabezas pensando la historia simultáneamente. Así, este artículo busca, a partir de la comparación de las macroestructuras de series y películas, señalar las diferencias en el diseño narrativo de estos dos formatos. En otras palabras, pretendemos dilucidar un concepto simple: diferentes formatos presuponen la existencia de diferentes diseños narrativos.